viernes, 8 de abril de 2011

Cine

Esta semana fui al cine con mi madre.
Vimos "Un cuento chino". Me gustó la película.
Como soy muy previsora, salí del trabajo y fui a comprar las entradas bien temprano para la noche.
Con mi mamá siempre se llega tarde al cine, asique saqué las entradas temprano y fuimos tranquilas. Llegamos muy bien de horario, compramos pochoclos y coca.
Esperamos hasta que habilitaran la sala.
Hay algo que me llama mucho la atención, por qué la gente hace cola como desesperada para entrar si tienen la entrada numerada. Con qué necesidad tanta desesperación por entrar.
No entiendo, esa gente me parece toda pelotuda.
Entramos a la sala, nos sentamos.
Saque mis anteojos, y mi mamá cuando me vio me preguntó si la película era leída. No pude evitar reírme. Ella es así despistada. Me hace reír mucho.
Empezó la película y automáticamente un bebe empezó a llorar. Lloró TODA la película.
Odio extremo. La minita que fue al cine con su bebe de meses debería haber sido expulsada de la sala.
Insoportable.
Terminó, nos levantamos, nos miramos, las dos pensamos lo mismo "Vamos a comer?" y al instante volvimos a pensar "NO". Mucho pochoclo.
Y volvimos a casa, contentas, a dormir como reinas.
Seguramente volvamos a ir la semana que viene porque nos quedaron varias pelis pendientes.

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