domingo, 18 de agosto de 2013

Recreo.

La extrañaba mucho.
Desde la última vez que la vi necesité un abrazo suyo por montones de razones. Algunas por mi, otras por ella.
La vida se la hace difícil. La vida, a veces, es bastante una mierda.
La vida, esa que es una mierda, nos volvió en cruzar sin haberlo programado. Así, sin aviso, de un día para otro. 
La vida que a veces es una mierda, esta vez, solo para mi, me tiro un guiño.
Porque la extrañaba y pude verla.
Si, soy egoísta. 
Poder pasar algunos días con ella, poder abrazarla por fin, poder tenerla cerca, a mi me hizo feliz, aunque sea un rato. 
Esa vida que es una mierda,  nos dio un ratito juntas. Resulta que al final no era tan mierda. A veces no.


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