sábado, 10 de mayo de 2014

Despertares

Yo estoy sentada en una silla, en el comedor de su casa.
Ella arriba mio, en pijama, sentada enfretada a mi.
Agarra mis manos con sus manos chiquitas, sus dedos cortos, sus uñas rosa.
Yo muevo las piernas y ella se mueve para todos lados.
Se ríe y me pide que pare. Se ríe con un ruido que me contagia la risa.
Paro de repente y me quedo dura.
No aguanta la risa y se ríe más fuerte aún.
Nos empezamos a reír las dos, porque si, porque estamos contentas.
Estamos tranquilas. Disfrutamos una de la otra.
Ella me quiere decir algo pero está tentada y no le salen las palabras.
Yo no puedo parar de reírme porque verla hacer ese esfuerzo por parar de reírse me divierte.
Se calma, me mira. Con sus ojos bien redondos y claros, con su pelo lacio y rubio todo despeinado, me asusta. Me grita BU. Y se vuelve a reír.
No paramos de asustarnos y reírnos de nuestras caras.
Me río con toda la cara, y me despierto.
Mi risa me despierta.
La oscuridad de mi cuarto me sorprende.
Vuelvo a la realidad.
Cierro los ojos y la imagino acostada conmigo.
Las dos acostadas y ella mirándome con sus ojos redondos y claros, con su pelo lacio y despeinado.
Disfrutándonos, como siempre lo hicimos.
Me vuelvo a dormir sonriendo, como cuando me desperté.




Es imposible no disfrutarla

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