viernes, 8 de noviembre de 2013

Alivio

Después de no me acuerdo cuánto tiempo pude desahogarme. Un poco al menos.
Me puse a llorar sin entender por qué al principio. Entendiendo todo después.
Sin poder calmarme ni respirar.
Es todo eso que no podía sacarme de adentro que salió todo junto y de repente.
Un poco volví a ser yo. 
No del todo. Pero algo.
Esta vez no fue solo llorar y dejarme llevar por eso.
Esta vez fue necesidad de hacerlo y pensar por qué lo hacía.
Me di cuento qué quiero y qué no.
Entendí que sola no puedo.
Llorar para descargarme es de la manera  que sé calmarme.
Pero esta vez no fue suficiente. 
Me calmé pero no alcanza.
Así como fue necesario cambiar algunas cosas que no me hacían bien en su momento, ahora lo es encontrar cómo cambiar esto que tengo adentro que me la hace difícil.
Porque soy de todo, menos depresiva.
Me gusta disfrutar mi vida. Me niego a sufrirla.
Por eso sigo insistiendo y buscando cómo hacerlo.
Pero tengo miedo.

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