miércoles, 9 de abril de 2014

Lollapalooza, día uno

De repente un día me entero que viene el Lollapalooza para Buenos Aires.
Asombro.
Vi el line up y me di cuenta que muchas de las bandas que venían eran las que escucho a diario.
Sin dudarlo iba a tener mi entrada.
La tuve.
Noviembre 2013.
La espera iba a durar cinco meses.
Jodido.
A veces escuchaba Phoenix y me daba cuenta que el uno o el dos de Abril iba a verlos. Automáticamente agarraba el calendario más cercano y contaba cuánto faltaba.

Y así como quién no quiere  la cosa faltó un mes.
Empezamos a organizarnos con Lolo.
Lolo.
Hablo con él hace incontables días.
No sé, más de un año.
Vive lejos.
Verlo no era una opción. No una fácil al menos.
Quise verlo en algunas oportunidades y no se dio.
Todo indicaba que íbamos a escuchar esas bandas que tanto me gustan juntos.
Y fue raro.
Porque no sabía qué esperar de él. No sabía cómo se reía. No tenía idea qué gestos hacía cuando hablaba. Todo eso que conoces primero del otro, yo no tenía idea. Lo único que tenía claro es que con él me divierto.
Pero con eso no alcanzaba. Yo soy bastante ortiba y socializar me da fiaca. Si, soy la peor.
No sabía si iba a estar tranquila o no. Si me iba a relajar y ser todo lo boluda que soy habitualmente. Mucho menos sabía qué le iba a pasar a él.
Cuestión que fui a Retiro, donde nos encontramos, super relaja (para mi sorpresa).
Y fue como no había pensado que sería.
Estaba cómoda y tranquila. Fui todo lo boluda que soy. Sentí que de verdad estaba con el Luciano que me habla y me hace reír. Pude ponerle cara, cuerpo, voz y risa a Lolo.
Fue genial.

Nos encontramos en Retiro.
Yo llegué como media hora tarde. Falló el calculo. Y bue.
Claro que el tren desbordaba de gente.
Claro que nos bajamos todos en San Isidro.
Claro que la fila para entrar al hipódromo era eterna.
Y ahí si. Ansiedad plena.
Ya estaba ahí. Era cuestión de tiempo, iba a poder escuchar y ver a todas esas bandas que viven en mi teléfono.

Entramos cerca de las cuatro de la tarde.
Lolo había hecho un cronograma casi perfecto.
Escuchamos algo de Capital Cities y nos fuimos a comprar algo para comer y tomar.
Porque obvio que tenía hambre, como casi todo el día, todos los días.

Después escuchamos a Jake Bugg.
Un pibito con onda -10 que toca la guitarra increíble. Lo banco y me gusta bastante. Tocó un rato bastante prudente. Cambió de guitarra varias veces. Cantó en un ingles imposible de imitar. No sonrió y ni siquiera le importó que estuviéramos ahí mirándolo. Lo banco igual.

De ahí nos corrimos de escenario para ver a Julian Casablancas.
QUELEPASA?
Sin palabras. O bueno si. Ese pibe está re mal de la cabeza. Tuve la oportunidad de verlo en otra oportunidad hace un par de años y creo que no estaba tan quemado. Algo le hicieron.
No entendí bien por qué escuchamos más de una canción. Creo que ninguno podía creer lo que estaba mirando. Todo muy malo. Sonido horrible, no entendíamos qué hacía ahí arriba del escenario. Estábamos todos en estado de confusión absoluto.

Por suerte, cerca de las seis de la tarde, fuimos a escuchar a Lorde y sus movimientos espásticos. Me copó mucho. Otra pibita talentosa. La escucho bastante y sus canciones me gustan. Quería verla. Me hace mal que sea tan capa y cante así. Aplausos para la chiquita.

Ya se estaba haciendo de noche y se puso fresco. Bastante fresco.
Por suerte era hora de ver a Phoenix. Ahí si eramos muchos para verlos. Estaba tan contenta que no me importaba el frío. Creo que no podía evitar sonreír. Estaba contenta de verdad. Y mucho. Empezaron. Bailé. No canté porque tengo criterio. Pero disfruté mucho. Estuvo demasiado bueno. La gente, ellos, el sonido, las canciones. Mis canciones preferidas. Él tirándose arriba de la gente. Nada pudo haber sido mejor. Fue absoluto disfrute.
Estaba segura que si, por la razón que fuera, me tenía que ir en ese momento, me iba feliz.
Terminó.
Chequeamos con Lolo qué seguía. Todo el día lo jodimos preguntandole porque aguante molestar.

Fuimos a ver a New Order. Conocía pocas canciones. No me importó porque después de Phoenix nada me importaba.
El frío que tuve, mientras tocaban los viejitos copados, no me lo olvido más. Cómo tocaron? No sé, tenía frío.

Se nos terminaba el día. El primer día de dos días que estuve esperando cinco meses.
Arcade Fire cerraba. Vi algunos recitales muy chiquitos de ellos en Internet hace mucho. Mucha expectativa.
Ya el frío dejó de ser protagonista gracias a que estábamos los cincuenta mil ahí parados.
Salieron todos al escenario con unas caras gigantes de cartapesta. De repente nos damos cuenta, cuando se la saca, que uno era Julian Casablancas. Para mi que el pibe sigue dando vueltas y haciéndose el vivo por San Isidro. Se fue. Empezaron.
Si alguno tuvo la posibilidad de estar ahí, seguro coincide conmigo en que fue absolutamente perfecto ese show. Quizás no fue el mejor de tu vida. Pero no hay nada para criticarles.
Tuvo todo lo que tiene que tener un recital. Fue increíble. Colmaron mis expectativas. Estaba muy contenta, no pudo haber sido mejor.

De repente me di cuenta que estaba escuchando Arcade Fire, con Lolo, en un lugar re lindo, con un montón de gente que estaba en la misma que yo.
Solo me salía sonreír.

2 comentarios:

  1. Iba a comentar el día dos, pero al parecer no llega.
    A esta altura ya me olvidé de los hechos, pero según lo que escribiste la pasamos lindo.
    De acuerdo en todo excepto en la media hora de retraso. Capaz fue el doble. No importa.
    A partir de ahora habría que empezar a planear festivales un poco menos accesibles. Coachella? Glastonbury? Festival de Doma en Puán?
    Vemos.

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    1. Fue el doble porque vos llegaste media hora antes.
      Empecemos a organizar lo que sea.

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