martes, 9 de abril de 2013

Un mes


Un mes sin trabajar me parece suficiente como para poder suicidarme.
Estoy tan aburrida que soy capaz de todo.

La primer semana sin hacer nada es la mejor, te la crees que querías esto. De verdad. Un poco me estuve mentalizando con esto de no tener nada para hacer. Pero vivirlo es diferente.
Volví de Mendoza y el lunes siguiente empecé la facultad, no cursaba todos los días. Me costó encontrarle la manera de organizarme los horarios para llegar bien a la facultad. Cuando no tenes nada para hacer perdes un poco la noción del tiempo entonces es más difícil calcular. Porque te levantas tarde, entonces almorzas tarde, quizás ni siquiera merendas y tenes que prepararte para irte. Pero, estando todo el día sin hacer nada, a qué hora te empezas a preparar? Cuánto podrías tardar? Lo que quieras podes tardar, porque no tenes nada que hacer.  Entonces, empiezo a prepararme después de almorzar o me baño y me cambio rápido antes de irme?
Y así con todo. No sé calcular los tiempos entonces se complica el día. Si, soy medio boluda, tengo que admitirlo.
La primer semana la usé para eso. Para aprender a controlar los horarios sin hacer nada.

Otra cosa que me di cuenta es que no entiendo  cómo hacía para levantarme de lunes a sábado a las seis de la mañana. Me es físicamente imposible despertarme antes de las nueve. Eso que dicen las madres que en algún momento el cuerpo se acostumbra a levantarse temprano, es mentira, total y absolutamente mentira.

Lo genial de estar sin hacer nada es que puedo hacer un montón de cosas que me gustan cuando quiera, no cuando pueda, como me pasaba antes. Ver series a la mañana mientras desayuno. Ir a patinar a horarios que van al revés del común de la gente entonces no hay nadie en el circuito. Leer varios libros a la vez.

Estar todo el día en mi casa es la peor parte. Amo mi casa, mis cosas, a mi familia, pero basta. Los veo todo el día, todos los días. Mi mamá tiene fuerte problema con mi presencia en mi casa. En realidad el problema es mío. Se la pasa preguntándome qué voy a hacer. Me paro de la mesa  y subo la escalera, automáticamente me pregunta “A dónde vas?”. A ver, si la escalera solo me lleva a mi cuarto, a dónde te parece que voy? Te doy opciones a) al techo del vecino b) a mi cuarto c) a ver si llueve. No la aguanto más. Mi viejo necesita venir a charlar conmigo, al menos, dos veces por día. Entonces viene a la cocina (me la paso en la cocina) y comenta lo que sea que esté mirando en la tele. Si estoy mirando un partido de tenis y hay dos jugando el acota “Están jugando no?”  Y a vos qué te parece papá? Yo no entiendo esa necesidad de hablar cuando no tenes nada para decir. No digas nada y la pasamos bien los dos. Porque si no le respondo empieza “eh? Están jugando no?” hasta que le digo que si. La relación con mi hermana es la mejor del mundo siempre.

Algo copado de no estar trabajando es que en la facultad cuando nos hacen presentar yo solo digo mi nombre y lo que estoy estudiando. Listo, cero preguntas sobre mi trabajo o sobre lo que hago en él.
Un mes sin encontrar trabajo me frustra mucho, pero mucho, me siento inútil. Siento que molesto a la gente, a todo el mundo. Seguramente sea así, pero es inevitable, juro que no lo hago apropósito. Pero bueno.

Estoy buscando un trabajo urgente. Espero que tanta búsqueda de resultados rápido porque me voy a matar posta.

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