jueves, 19 de diciembre de 2013

Mágica.

Llego absolutamente cansada del trabajo. Lo único que quiero es sacarme la ropa y dormirme.
En el medio me cruzo con mamá. Ella y toda su paciencia me calman.
Le cuento todo el quilombo de la oficina tranquila pero enojada.
Me pongo a llorar de impotencia.
Ella solo me abraza y me dice que me calme. Que todo va a estar bien.
Y yo le creo. Cuando me abraza y me dice que va a estar todo bien, ya me hace bien.
Le dije que me iba a dormir y me miró triste. Me dijo que nunca estoy con ella que me quede un ratito. Y se me estrujó el corazón. Porque tiene razón. Y me quedé.
Me dormí un ratito en sus piernas mientras me hacía mimos.
Se me fue el mal humor.
Mamá es mágica.

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